Que es el hombre en tres miradas.
11 marzo, 2021Alma y vida en Aristóteles.
Comienzo por distinguir a los seres naturales que están en el mundo como seres no vivientes y seres vivientes.
Entre ambos existe una diferencia ontológica radical. Los segundos, los seres vivientes poseen alma, y esta, es el principio explicativo del fenómeno de la vida. También cabe resaltar el hilomorfismo (materia y forma) aristotélico, donde en este caso el cuerpo es la causa material y el alma es la causa formal, es decir, lo que le da la forma a la materia. Por tanto, en Aristóteles no son dos sustancias independientes, sino es un compuesto y/o síntesis de materia y forma, por tanto, cuerpo y alma son uno, no hay almas sin cuerpo, lo puedo observar en la siguiente proposición: “lo que está en potencia de vivir no es el cuerpo que ha echado fuera el alma, sino aquel que la posee”. (Acerca del alma p.49, Gredos).
Para Aristóteles, entonces el alma es sinónimo de vida, por tanto, no es exclusiva de los seres humanos, sino también la poseen aquellos seres vivientes (vegetales y animales) que están en el mundo. Por ejemplo, las plantas, los animales y los humanos, donde las plantas poseen “el alma nutritiva”, los animales poseen “alma nutritiva” y “alma sensitiva”, y los seres humanos “alma nutritiva”, “alma sensitiva” y “alma discursiva o intelectiva”. Con esto los demás seres vivos no son algo así como un mero artefacto o costal de materia inerte. Dado lo anterior, la causa del movimiento de los seres humanos no sería solo intelecto, sino la combinación de intelecto y deseo por el alma sensitiva (apetito, impulsos y voluntad) e intelectiva, por tanto, no somos seres racionales en su totalidad. Entonces el ser humano tiene la posibilidad o la potencia de devenir en x formas: “Así pues, de todo esto se deduce con evidencia que el alma es entelequia y forma de aquel sujeto que tiene la posibilidad de convertirse en un ser de tal tipo”. (Acerca del alma p.54, Gredos)
En cuanto a la inmortalidad del alma, si el alma es lo que da vida al cuerpo y es un conjunto indivisible, por lo tanto, en Aristóteles el alma no es eterna ni va de un lugar a otro buscando un cuerpo como platónicamente se pensaba. El alma es una capacidad que hace que el cuerpo pueda vivir, sin embargo, un cuerpo con alma es un caso particular de una materia con forma.
Por último, cabe resaltar que, en cuanto al movimiento de los seres humanos, comienza desde el alma nutritiva, concediendo la capacidad de alimentar y así sucesivamente produciendo crecimiento, en cuanto al alma sensitiva otorga la facultad de percibir el mundo que nos rodea y esta totalmente en potencia creando movimiento por la afectación del resto de los seres en el mundo. Sin embargo, resta el alma intelectiva, esa alma que da la capacidad de organizar y seleccionar saberes para poder en efecto ejercerlos y ponerlos en práctica. Podríamos concluir que el arjé que rige la vida es el alma.