
La tarea del Coach Ontológico
16 octubre, 2025
El observador detrás de la acción: una crítica ontológica a la obsesión organizacional por lo procedimental
3 diciembre, 2025(Basado en fundamentos filosóficos y científicos del Coaching Ontológico — Jesús Carvajal, Aprending Talent Development)
Contexto actual.
La tarea del coach ontológico trasciende la noción tradicional de acompañar procesos individuales de mejora. Se trata de una práctica profesional, filosófica, científica y profundamente humana, orientada a expandir la capacidad de observación, aprendizaje y acción tanto en las personas como en las organizaciones.
Desde la perspectiva de la ontología del lenguaje, el coach ontológico acompaña procesos de transformación en los que individuos y sistemas organizacionales revisan sus modos de interpretar la realidad, reconociendo que toda cultura —personal u organizacional— se sostiene en conversaciones, emociones y corporalidades que habilitan o limitan la acción.
Esta práctica se ejerce hoy dentro de marcos profesionales internacionales, como los estándares de la International Coaching Federation (ICF), a través de programas de formación y certificación acreditados en Level 1 y Level 2, lo que asegura rigor ético, metodológico y académico en la formación y en el ejercicio profesional del coach.
La tarea del coach ontológico se despliega en dos planos interdependientes:
- Plano personal: donde el coachee se reencuentra con su poder de observación, aprendizaje y autoría personal.
- Plano organizacional: donde las conversaciones colectivas son transformadas para posibilitar nuevas formas de coordinación, liderazgo y sentido compartido.
1. Fundamento filosófico: el ser y el lenguaje en la acción individual y colectiva.
El Coaching Ontológico se sustenta en la ontología del lenguaje, desarrollada por Fernando Flores y Rafael Echeverría, e inspirada en la fenomenología y la hermenéutica. Desde esta perspectiva, el ser humano no es un ente acabado, sino un ser en permanente construcción a través del lenguaje.
El lenguaje no solo describe la realidad: la genera. Cada acto del habla —promesas, declaraciones, pedidos, ofertas y juicios— configura la trama de sentido desde la cual operan las personas y las organizaciones.
La tarea del coach ontológico consiste en acompañar a individuos y equipos a observar cómo observan, a distinguir los patrones lingüísticos que restringen su efectividad y a crear nuevas conversaciones que habiliten posibilidades de acción y futuro.
En el ámbito organizacional, esto implica reconocer que la cultura no se cambia únicamente con estructuras o procesos, sino mediante la transformación de las conversaciones con las que se coordinan compromisos, expectativas y responsabilidades.
2. Fundamento científico: coherencia entre cuerpo, emoción y lenguaje.
El enfoque ontológico se sostiene en fundamentos provenientes de la biología del conocimiento de Humberto Maturana y Francisco Varela, así como en aportes contemporáneos de las neurociencias y la psicología cognitiva. Estos campos coinciden en que cuerpo, emoción y lenguaje conforman un sistema integrado que determina la manera en que los seres humanos perciben, interpretan y actúan.
En el plano personal, esto implica que toda transformación efectiva requiere la transformación del observador. El coach ontológico acompaña al coachee a reconocer las emociones que sostienen su narrativa y las corporalidades que limitan u habilitan su aprendizaje.
En el plano organizacional, los mismos principios se aplican al sistema colectivo: las organizaciones poseen una emocionalidad dominante, un “cuerpo” social y una red de interpretaciones compartidas. El coach ontológico organizacional observa las coherencias e incoherencias entre:
- Lenguaje (conversaciones, relatos, promesas),
- Emoción (clima, confianza, disposición colectiva),
- Corporalidad (prácticas, rituales, estructuras y hábitos).
Su intervención no impone cambios, sino que facilita nuevas dinámicas conversacionales que permiten al sistema regenerar su aprendizaje y expandir su capacidad adaptativa.
3. La práctica del acompañamiento ontológico.
La práctica del coach ontológico se concibe como un espacio de pausa, reflexión y apertura, más que como un proceso de corrección o dirección. Su propósito central es ofrecer un lugar seguro y consciente donde la persona o el equipo puedan detenerse, observarse y ampliar su manera de mirar el mundo, habilitando horizontes de posibilidad que antes permanecían invisibles.
Presencia
El coach cultiva una presencia consciente, ética y abierta, entendida como una disposición a estar plenamente disponible para el otro. No se presenta como un “experto que sabe”, sino como un acompañante que facilita el silencio, la pausa y la reflexión, creando las condiciones para que emerjan nuevas comprensiones sobre sí mismo y sobre la realidad que se habita.
Escucha
La escucha ontológica es una práctica orientada a ampliar la perspectiva. No se limita a las palabras, sino que atiende las emociones, la corporalidad y las interpretaciones que sostienen la experiencia. A través de esta escucha profunda, el coachee puede reconocer los marcos desde los cuales ha estado interpretando su vida o su contexto organizacional, abriendo la posibilidad de destrabar caminos, redefinir límites y vislumbrar futuros que antes no podía percibir. En los entornos organizacionales, esta escucha se expande hacia los patrones culturales y sistémicos, permitiendo que los equipos observen las dinámicas que condicionan su forma de decidir, coordinar y actuar.
Responsabilidad
La responsabilidad, en el marco del coaching ontológico, no se plantea como obligación, sino como un acto de autoría consciente. El coach invita a la persona o al sistema a reconocerse como protagonista de su forma de interpretar, elegir y actuar. Esta toma de responsabilidad abre un espacio de libertad: al comprender que no estamos totalmente determinados por nuestra historia o circunstancias, se habilita la posibilidad de elegir nuevas respuestas, nuevas conversaciones y nuevas formas de estar en el mundo.
La conversación de coaching se convierte así en un espacio de reflexión ontológica, donde se suspenden automatismos, se expanden preguntas y se generan nuevas distinciones. En ese espacio, las personas y los equipos pueden destrabar quiebres, ampliar su campo de acción y acceder a horizontes que antes no eran visibles, cultivando mayor coherencia entre su forma de ser, su manera de decir y su modo de actuar.
4. Profesionalización y acreditación internacional
El Coaching Ontológico, cuando se ejerce desde programas serios y de alta calidad, se alinea con los más altos estándares internacionales de excelencia profesional. En este marco, nuestro Programa de Certificación en Coaching Ontológico (CCO) de Aprending Talent Development cuenta con acreditación oficial de la International Coaching Federation (ICF) como Level 1 y Level 2, lo que garantiza una formación rigurosa, ética y alineada con las mejores prácticas globales.
Esta acreditación implica:
- Cumplimiento de estándares éticos internacionales de la ICF.
- Formación basada en competencias profesionales.
- Evaluación rigurosa de habilidades prácticas de coaching.
- Procesos de supervisión y desarrollo continuo del coach.
Este marco de acreditación ofrece confianza y respaldo a personas y organizaciones que buscan procesos de coaching profesionales, estructurados, serios y responsables, asegurando que los procesos de acompañamiento se realizan bajo criterios internacionalmente reconocidos.
5. El propósito ético y transformacional del Coaching Ontológico
El propósito último del Coaching Ontológico es contribuir al florecimiento humano, entendiendo que el desarrollo personal y el desarrollo organizacional son procesos interdependientes.
Un individuo que amplía su observador expande su capacidad de liderazgo, colaboración y empatía. Una organización que transforma sus conversaciones fortalece su capacidad de innovación, aprendizaje y sostenibilidad.
El coach ontológico acompaña procesos de transformación cultural, donde los equipos aprenden a conversar con mayor responsabilidad, confianza y coherencia. En este sentido, el coaching se convierte en una práctica ética, orientada al cuidado de la dignidad humana y al fortalecimiento del sentido colectivo.
Síntesis
La tarea del coach ontológico se despliega en la intersección entre lo personal y lo organizacional. Se fundamenta en la comprensión de que todo cambio profundo comienza con la transformación del observador, individual y colectivo.
Desde sus fundamentos filosóficos y científicos, y bajo marcos profesionales de acreditación internacional como la ICF Level 1 y Level 2, el coach ontológico acompaña procesos en los que personas y organizaciones reconocen su poder generativo, reescriben sus narrativas y construyen realidades más coherentes, sostenibles y éticas.
Ser coach ontológico implica una tarea de servicio, reflexión y compromiso: servir al aprendizaje humano, cultivar conversaciones que dignifiquen y acompañar a los sistemas humanos en su evolución hacia formas más conscientes y responsables de existir y convivir.
Equipo Aprending Talent Development.
Escuela de Coaching Ontológico ICF – Consultora Organizacional en Human Skills.
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