
Coaching Ontológico: una filosofía viva para acompañar al ser humano y las organizaciones.
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22 julio, 2025Introducción.
El trabajo de un coach ontológico trasciende el acompañamiento instrumental o técnico. En su núcleo, es una práctica filosófica aplicada para el acompañamiento existencial y transformacional, cuyo propósito es expandir la capacidad de acción, reflexión y aprendizaje de las personas, equipos y organizaciones. Esta expansión no se produce únicamente a través del desarrollo de habilidades, sino mediante un proceso más profundo: la transformación del observador que el coachee está siendo.
En otras palabras, el coaching ontológico no se ocupa solo de lo que las personas hacen, sino desde dónde lo hacen; es decir, desde qué lenguaje, emoción y corporalidad interpretan el mundo y se relacionan con él. Esta forma de coaching, fuertemente influida por la filosofía hermenéutica, la ontología del lenguaje y la fenomenología existencial, trabaja sobre el ser como posibilidad abierta, más que como esencia definida.
La práctica del coach ontológico
Un coach ontológico acompaña al cliente en un proceso de indagación profunda, orientado a revisar e intervenir en las interpretaciones que sostiene sobre sí mismo, los otros y el mundo. Específicamente, su práctica se caracteriza por:
- Escucha profunda y sin juicio: El coach desarrolla una escucha fenomenológica, centrada no en emitir diagnósticos, sino en acoger la experiencia del otro tal como se presenta, identificando patrones de lenguaje, emociones y corporalidad que limitan o potencian su posibilidad de acción.
- Preguntas que abren mundos: A través de preguntas poderosas, el coach genera dislocamientos en la forma habitual de observar. En la tradición socrática y gadameriana, se entiende que toda transformación profunda comienza con una buena pregunta, no con una afirmación.
- Ontología del lenguaje: Basado en la idea de que no vemos el mundo tal como es, sino como lo interpretamos, el coach ontológico asume que nuestras conversaciones —con otros y con nosotros mismos— moldean nuestras realidades. Como lo afirma Echeverría, “el lenguaje no es sólo descriptivo; es generativo”.
- Trabajo sobre el ser: Inspirado en Heidegger, el coaching ontológico interviene en el modo de ser-en-el-mundo del coachee. No apunta simplemente a modificar comportamientos, sino a transformar el observador que está detrás del hacer.
- Apertura de posibilidades: Al cambiar la forma de ver, también cambian las posibilidades de actuar. Desde una emoción distinta, un cuerpo distinto y un lenguaje distinto, surgen nuevas acciones coherentes con los valores, propósitos y sentido del cliente.
Aportes en contextos personales y organizacionales
Ya sea en procesos individuales o dentro de organizaciones, el coaching ontológico ofrece un espacio de transformación que impacta directamente en ámbitos clave como:
- Desarrollo del liderazgo auténtico.
- Superación de bloqueos personales o profesionales.
- Ampliación de la inteligencia emocional y relacional.
- Fortalecimiento de la comunicación y la escucha efectiva.
- Gestión de la incertidumbre y el cambio desde nuevas interpretaciones.
Al acompañar desde esta mirada, el coach no da respuestas ni consejos, sino que facilita un espacio conversacional en el cual el coachee puede descubrir nuevas formas de ser y actuar, que antes le estaban veladas por sus propias interpretaciones.
¿Qué es el Coaching Ontológico?
El coaching ontológico es una disciplina que acompaña procesos de transformación profunda, cuyo eje es la reinterpretación del mundo, del sí mismo y de las posibilidades de futuro. Su originalidad radica en que no parte de una psicología del comportamiento, sino de una filosofía del ser.
Esta práctica encuentra sus raíces en diversas tradiciones filosóficas. Por un lado, en la fenomenología existencial de Heidegger, quien plantea que el ser humano no es una sustancia fija, sino una posibilidad abierta. Por otro, en la hermenéutica de Gadamer, para quien comprender es siempre interpretar desde un horizonte de sentido. Y finalmente, en la ontología del lenguaje desarrollada por Fernando Flores y Rafael Echeverría, que sostiene que el lenguaje no solo refleja la realidad, sino que la constituye.
¿Qué significa “ontológico”?
“Ontología” proviene del griego ontos (ser) y logos (estudio o discurso), y se refiere al estudio del ser. En el contexto del coaching ontológico, no se trata de un estudio académico sobre el ser, sino de una práctica viva que acompaña la transformación del modo de ser del coachee.
Desde esta mirada, lo esencial no es solo cambiar lo que hacemos, sino revisar desde dónde lo hacemos: qué interpretación del mundo nos sostiene, qué emociones nos habitan, qué posturas corporales nos predisponen a ver —o no ver— posibilidades.
Los tres pilares del Coaching Ontológico
El coaching ontológico se sostiene sobre tres dominios interrelacionados, que constituyen la integridad del ser humano en su estar-en-el-mundo:
- Lenguaje
Inspirado en la ontología del lenguaje, se comprende que el lenguaje no es sólo una herramienta de comunicación, sino el medio por el cual generamos realidad. Cambiar nuestras conversaciones cambia nuestras relaciones, nuestras acciones y, por ende, nuestro mundo. - Emociones
Como enseña Fernando Flores, “las emociones son predisposiciones para la acción”. Los estados emocionales —más duraderos que las emociones puntuales— determinan lo que una persona ve como posible o imposible. Desde Heidegger, sabemos que todo ser-en-el-mundo ocurre “ya siempre” en un estado de ánimo: la emocionalidad es la atmósfera desde la cual interpretamos la vida.
Cuerpo
Influido por la fenomenología de Merleau-Ponty y la neurobiología de Humberto Maturana, el coaching ontológico reconoce al cuerpo como espacio de inscripción de nuestras historias, emociones y posibilidades. Transformar nuestro cuerpo (posturas, respiración, movimientos) habilita nuevos estados internos y externos, permitiendo una integración más profunda de los cambios.




